A veces pensamos que fomentar la lectura es complicado, que necesitamos técnicas especiales o libros costosos. Pero, ¿saben qué he descubierto? Que lo más importante es la conexión y el disfrute.
Aquí les comparto algunas ideas que a nosotros nos han funcionado en casa, con la esperanza de que también les sirvan de inspiración:
📌 El ejemplo: nuestro mejor aliado
Nuestros peques son esponjitas. Si nos ven disfrutar de un libro, ya sea con una taza de café al lado o acurrucados en el sofá, es más probable que sientan curiosidad. No tiene que ser Guerra y Paz… ¡cualquier lectura que nos guste cuenta! A veces, simplemente me siento a leer mi novela mientras mi peque hojea sus cuentos al lado. Ese ambiente tranquilo ya es mágico.
📌 Crear un rincón especial (aunque sea chiquito)
No necesitamos una biblioteca de revista. Una esquinita acogedora con sus libros a la mano, algunos cojines en el suelo o una lámpara divertida pueden convertir la lectura en toda una aventura. Que sea su espacio, donde ellos elijan qué “explorar”.
📌 Hacerlo parte de la rutina, pero sin presiones
El cuento antes de dormir es un clásico por algo, ¿verdad? Es ese momento de calma, de apapacho, donde las voces se suavizan y la imaginación vuela. Pero también puede ser un cuento después del almuerzo o mientras esperamos en el consultorio del pediatra. La clave es que sea un momento esperado, no una obligación. Si un día no quieren, ¡no pasa nada! Mañana será otro día.
📌 ¡Que ellos elijan!
A veces nos empeñamos en que lean “los clásicos” o “los educativos”. Y sí, son importantes. Pero dejar que elijan libros sobre dinosaurios por décima vez, o ese cuento de princesas con brillantina que a nosotros nos parece un poco simple, es fundamental. Cuando algo les apasiona, la lectura fluye sola. Ya habrá tiempo para ampliar horizontes.
📌 Leer con emoción: convertirnos en cuentacuentos
No importa si no tenemos la voz de un actor de doblaje. Ponerle distintas voces a los personajes, hacer sonidos, exagerar las expresiones… ¡eso les encanta! Se trata de vivir la historia juntos. Les aseguro que las carcajadas (o los momentos de suspenso) compartidos quedan en la memoria.
📌 Visitar bibliotecas o librerías como un paseo divertido
Que vean los libros como algo accesible, un mundo por descubrir. Muchas bibliotecas tienen actividades para niños: ¡aprovechémoslas! Y si podemos, de vez en cuando, regalarles un libro elegido por ellos será un tesoro especial.
📌 No solo leer, también conversar
Preguntarles “¿Cuál fue tu parte favorita?”, “¿Qué crees que pasará después?”, “¿Te gustó ese personaje?”. Estas pequeñas charlas hacen que la historia cobre vida y les ayudan a comprender mejor.
Les estamos dando una herramienta para soñar, para aprender, para entender el mundo y, sobre todo, para encontrar consuelo y compañía en las páginas de una historia.
No se trata de criar genios lectores de la noche a la mañana, sino de sembrar semillitas de curiosidad y placer. Y esas semillitas, regadas con amor y paciencia, seguro que florecerán.
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